Conocer tu tipo de piel te puede ayudar a cuidar el rostro con los productos más adecuados. Los cosméticos y cremas para el cuidado facial deben seleccionarse en función de la naturaleza de la piel y la edad, pues puede sufrir alteraciones o cambios con el paso del tiempo. Un cuidado correcto te permite proteger la piel de las influencias ambientales y la luz UV y, por tanto, también del envejecimiento prematuro. Además, proporciona el nivel de humedad que tu piel necesita.
Conocer tu tipo de piel te da libertad y seguridad para elegir los productos que funcionan mejor para ella, haciendo que luzca mucho más joven y bonita.
La piel es uno de los tejidos más extensos. Si te estás preguntando como saber el tipo de piel que tengo debes detectar determinadas señales o signos que podrán orientarte. A continuación, te lo contamos a fondo. Conocer tu tipo de piel te indicará cómo cuidarla de una forma eficaz.
¿Qué tipo de piel tienes?
Hay cuatro tipos de pieles: la piel normal, la seca, la grasa y la mixta. También existen las pieles sensibles, aquellas que reaccionan con facilidad ante agentes externos. Que sea de un tipo u otro va a venir dado por la genética, mayormente. Sin embargo, nuestra piel puede variar según otros factores, como el paso de la edad o la aparición de enfermedades crónicas que la condicionen.
Piel Normal
¿Quién no ha soñado con tener una piel normal? Ni muy brillantes, ni demasiado secas, las pieles normales son suaves, regulares, sin imperfecciones y resisten relativamente bien las agresiones externas, como los cambios bruscos de temperatura. La piel normal no presenta ninguna imperfección aparente. Sus células producen una cantidad adecuada de elementos que permiten mantener una buena hidratación y protegerla de bacterias.
Esta piel está en pleno equilibrio. También llamada piel eudérmica, no se observa que tenga demasiada grasa ni que esté demasiado seca. A pesar de esto, no debe faltar ningún tipo de cuidado, ya que con el paso del tiempo puede evolucionar a una piel seca. Su textura es suave y sus poros (pequeñas cavidades en la superficie de la piel, más o menos dilatadas) son poco visibles. A menudo, es suficiente limpiarla e hidratarla para mantener su aspecto suave y uniforme. Las pieles normales responden bien a las diferencias de temperatura y humedad. Aguantan bien las agresiones diarias como la contaminación o los rayos UV. Es raro conservar una piel de esta calidad a lo largo de la vida.
A diferencia de la piel grasa, la piel seca está fina, mate y sin defectos. Los poros están más cerrados. Lo malo: las personas con este tipo de piel están sujetas a molestias diarias debido a la tirantez o sensación de ardor y picores.
A pesar de su buen equilibrio, las pieles normales, no son capaces de hacer frente a todas las agresiones durante toda la vida, tales como: El frío, Ambientes muy secos, La exposición prolongada a los rayos ultravioleta sin protección… Si tienes la piel normal, estas agresiones están atacando la epidermis y dañan la película protectora. Esto no se ve necesariamente ahora, pero si no haces nada para protegerla, verás daños a medio plazo…
A parte de las condiciones extremas, el estilo de vida también tiene un papel importante en el aspecto de la piel. La nutrición, el sueño o el estrés tienen un impacto sobre la piel y el envejecimiento.
En conclusión, aunque la piel normal no presente ningún problema en particular, se merece un cuidado específico para evitar daños debido a factores externos o al envejecimiento natural. Cuanto más preparada esté la piel, más capaz será de resistir estos dos fenómenos.
Cuidados específicos para la piel normal
La piel normal es una piel más equilibrada, pero no es perfecta. Es sensible a los efectos del tiempo y para mantener sus cualidades el mayor tiempo posible, necesita cuidados especiales.
Desmaquillar y limpiar una piel normal:
Los productos suaves son los más adecuados para la piel normal. En función de tus preferencias de textura se puede elegir entre:
Un agua desmaquillante
Leche desmaquillante y limpiadora
Un aceite desmaquillante
Cualquiera que sea el producto seleccionado, utilízalo regularmente. Las etapas de desmaquillarse y lavarse son primordiales para mantener la piel sana durante toda la vida. Pueden complementarse con el uso de un tónico.
Hidratar una piel normal
Para el siguiente paso, una crema hidratante para la piel normal es perfecta. La hidratación es esencial, incluso cuando a la piel normal no parece faltarle el agua. La aplicación de una crema hidratante evitará que la epidermis se vaya deshidratando con el tiempo.
Un exfoliación una o dos veces a la semana con productos exfoliantes suaves y no agresivos para preservar la epidermis que es el escudo de la piel.
Una mascarilla una vez a la semana, alternando purificadoras y humectantes con las que dan luminosidad.
Piel Seca
¿Tienes una piel apagada que está tirante y le falta flexibilidad? Se trata sin duda de una piel seca. Muchos factores, como la contaminación o las condiciones climáticas pueden ser responsables de esta deshidratación. Por eso es esencial proteger la piel para limitar los efectos negativos de las agresiones externas.
Este tipo de piel puede perder la humedad a través de la transpiración. El estrés, la actividad física o el calor pueden potenciar este proceso. Como resultado de la falta de sebo, la piel seca no cuenta con las grasas necesarias para poder retener la humedad.
Presentas piel seca si: tu tacto es muy áspero, no sientes una textura “aterciopelada”. Notas una tez apagada u opaca, incluso con manchas rojas en la piel. Notas tirantez y picor con mucha frecuencia. Incluso, notas pequeños rasgos prematuros de envejecimiento, como pueden ser las líneas de expresión. Se enrojece fácilmente y presenta una falta de flexibilidad.
La piel seca es una piel con falta de lípidos, agua… o ambas cosas. Se distingue por su tacto áspero. En todos los casos, la particularidad de este tipo de piel es la falta de hidratación. Hay que determinar si tu piel entra en la categoría de pieles secas psicológicas o pieles secas patológicas. El primer caso es un problema genético: ¡tu constitución es así! Tu piel es probablemente muy sensible al frío (tiende a agrietarse) o a la sequedad del aire. Tiende a estar tirante o a picar. En cuanto a la piel seca patológica, su fuerte deshidratación provoca malestar significativo.
En invierno, el 30-40% de las mujeres sufren de sequedad cutánea: la famosa «piel de cocodrilo» causa estragos en las piernas y los brazos, mientras que en el rostro la sensación de malestar viene acompañada de escamas, estrías o enrojecimiento. El enrojecimiento refleja una inflamación y una irritación, que son características de la piel seca. Al faltar sebo y lípidos protectores, la piel reacciona fuertemente a las agresiones externas.
La disminución del contenido de agua de la capa córnea (parte superficial de la epidermis) es un trastorno de la piel conocido como «la xerosis». Produce afinamiento, fragilidad, sequedad y falta de flexibilidad de la piel, a veces acompañada de descamación (caída de la piel), más o menos grave. La xerosis es por lo general un trastorno de la piel aislado, pero puede ser una señal de enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica o la ictiosis, formas de eccema y de psoriasis. La piel adquiere un aspecto áspero, gris y calcáreo, el cuero cabelludo produce caspa dolorosa, grietas salen en las palmas de las manos y los pies … La piel también puede ser propensa a picores que pueden alterar la calidad de la barrera cutánea y causar dolor, sequedad de la piel, o incluso infecciones.
Si se siente identificado con estos síntomas, no dude en consultar a un dermatólogo.
Para limpiar o desmaquillar una piel seca, lo mejor es elegir una leche o una solución limpiadora suave con pH neutro. A continuación, se puede combinar la hidratación y la protección con una crema o bálsamo hidratante que contenga ceramidas, ácidos grasos y vitaminas.
Las pieles secas son particularmente propensas a las arrugas. La buena noticia es que es posible retrasar los signos del paso del tiempo. Para ello, por ejemplo, se puede combinar con el producto hidratante, un sérum con activos anti-edad o antimanchas, tales como retinol o el ácido hialurónico.
Para evitar que se reseque una piel seca, infórmate sobre la dureza del agua con la que te lavas. No nos damos cuenta, pero el agua con demasiada cal agrede la capa superficial de la epidermis.
Si utilizas jabón para lavarte, elige jabones humectantes antes que los jabones tradicionales que resecan más. Y no uses productos astringentes o lociones que contengan alcohol ya que son demasiado agresivos para la barrera de hidratación de la piel.
Piel Grasa
Es un tipo de piel característica de etapas en pleno cambio hormonal. También, la producción excesiva de sebo se puede dar por determinados fármacos y cosméticos que pueden propiciar este tipo de piel. A veces, el sebo se secreta en exceso cuando tienes muchas glándulas sebáceas. Esto es lo que se denomina como una hipersecreción sebácea. En estos casos, el cabello también puede verse afectado.
En muchas ocasiones aparece acné leve, una cantidad importante de comedones en la cara y con frecuencia en el cuello, los hombros, la espalda y en el pecho. En casos moderados y severos, aparecen pápulas (elevaciones sin cabeza blancas o negras) y pústulas (elevaciones con pus en el centro) y la piel se pone roja e inflamada.
Tienes piel grasa si: Presentas muchos puntos negros o “espinillas”. Observas brillos en todo el rostro. Tus poros se ven muy dilatados. Notas una textura irregular, no uniforme. Los adolescentes no son los únicos afectados por la piel grasa y sus problemas. ¡A ti también te puede ocurrir!
Este tipo de piel favorece la aparición de imperfecciones tales como:
Las espinillas abiertas
Espinillas cerradas
Granos
Las imperfecciones relacionadas con la piel grasa
La aparición de imperfecciones comienza con la acumulación de sebo en los poros de la piel. Se forma una espinilla abierta o cerrada. Entonces puede ser invadida por bacterias que causan una pequeña infección localizada, y se forma el grano. Hay por lo tanto:
Espinillas abiertas o puntos negros, que se encuentran en la superficie de la piel y son fácilmente reconocibles por su aspecto negro.
Espinillas cerradas, o microquistes, que aparecen en relieve y tienen una superficie ligeramente roja.
Granos, pequeñas lesiones inflamatorias, debidas a la proliferación de bacterias que se alimentan de sebo. Cuando hay inflamación, los granos son de color rojo o blanco.
Problemas secundarios de las pieles grasas:
Nunca lo repetiremos lo suficiente: en ningún caso se debe tocar los defectos asociados con la piel grasa: cuando se tocan, pueden dejar rastros y causar la aparición de pequeñas cicatrices de las que luego te arrepentirás durante mucho tiempo.
Cuidados específicos para la piel grasa
Los productos destinados para pieles grasas están diseñados para eliminar dos problemas principales: el aspecto brillante y las imperfecciones relacionadas con este tipo de piel.
Algunas creen que hacen bien frotando su piel con fuerza con productos con alcohol o astringentes. ¡Grave error! Además de ser ineficaces, esto puede tener el efecto contrario al deseado, causando una secreción de sebo aún más importante.
Por otra parte, en contra de lo que parece, la piel grasa necesita ser hidratada y nutrida. Es frágil, como los otros tipos de piel. Algunos productos, como el jabón de Marsella o las lociones alcohólicas, dan la impresión de eliminar eficazmente la película que cubre las pieles grasas. No te dejes engañar, este efecto es sólo temporal: de hecho, cuanto más se trata de eliminar el exceso de sebo, más produce la piel, es un verdadero círculo vicioso.
El sol también puede dar la impresión de equilibrar la piel, reduciendo las imperfecciones y volviéndola más nítida. ¡Pero los efectos a largo plazo son muy diferentes! Los rayos de sol llevan a una acumulación de sebo que desencadenará la aparición de nuevos granos cuando el bronceado se haya ido. Así que recuerda protegerte con productos – sin grasa, por supuesto, – durante la exposición al sol.
La piel grasa: ¿Qué hacer? ¿Cuáles son los buenos hábitos a adoptar? Desmaquíllate y limpia tu piel por la mañana y por la noche. La piel grasa necesita productos suaves como:
Leches
Geles
Los jabones suaves
En cuanto a la hidratación, opta por cremas ligeras y matificantes que reducirán significativamente el aspecto brillante de tu rostro.
Por último, exfoliantes y mascarillas para pieles grasas, úsalas una vez por semana, te permitirán eliminar las impurezas en profundidad.
Piel Mixta
En este tipo de piel, se alternan localizaciones del rostro más grasientas con otras secas. Es el tipo de piel facial más común.
Tienes piel mixta si: En tu nariz, frente y barbilla presentas zonas brillantes características de piel grasa (en la llamada zona T). En las mejillas y en la sien más bien encuentras una textura tosca, una piel seca. Predominan los poros dilatados en el rostro. Zonas normales o secas.
Cuidados específicos para las pieles mixtas
Confundimos a menudo las pieles mixtas con las normales pero estos dos tipos de piel no tienen las mismas necesidades.
Las pieles mixtas requieren una atención especial. La zona «T» grasa, se debe limpiar con eficacia, mientras que las zonas secas, como las mejillas y la sien, requieren más delicadeza. Hay que ir etapa por etapa para cumplir con las necesidades específicas de cada una de estas zonas.
Actuar en la zona «T»
Para limpiar su rostro, lo mejor es optar por un producto suave, una espuma, por ejemplo, o una leche especial para pieles normales o mixtas.
A continuación, elija una crema matificante no grasa para hidratar la zona T y cerrar los poros.
Por último, puede completar estos cuidados específicos en la zona «T» con una mascarilla astringente y purificante o con un exfoliante una o dos veces a la semana. Hay que prestar atención en localizar estos cuidados para que no afecten a las zonas normales o secas que son más frágiles.
Limpiar e hidratar la zona seca
Las zonas secas de una piel mixta están faltas de agua y algunas veces lípidos. Por lo tanto, es necesario nutrirla correctamente con una crema hidratante más rica que la utilizada en la zona «T». Esta crema debe:
Restaurar la película protectora que está en la superficie de la epidermis
Limitar la deshidratación
Evitar la irritación
También se puede utilizar un exfoliante, asegurándose de no pasar de más de una o dos aplicaciones al mes. En cuanto a las mascarillas, mejor elegir las que tienen un efecto hidratante.
Las zonas secas se descuidan a menudo, desgraciadamente.
Piel Sensible
Uno de los tipos de piel más complejos y que necesitará de un cuidado exhaustivo. Tendrás que escoger bien los cosméticos ya que puede reaccionar muy fácilmente ante cualquiera de sus componentes. Puede aparecer en cualquier localización de la piel, aunque es en el rostro donde suelen manifestarse más los síntomas. Es importante que acudas a un profesional cuando detectes este tipo de piel, ya que te enseñará a cuidarla y mantenerla sana.
Para algunas personas, la piel sensible es una condición muy compleja de tratar. Cuando las barreras fisiológicas de la piel son muy finas y permiten que penetren agentes externos extraños, es cuando más se produce.
Tienes piel sensible si:
Notas que se irrita con extremada facilidad al utilizar cosméticos, o aparece enrojecimiento, picor o ardor en determinadas localizaciones del rostro.
Aparecen alteraciones ante determinados cambios de temperatura o de clima.
Aparecen lesiones casi de forma “espontánea” o sin conocer causa alguna.
Cuando hablamos de como saber el tipo de piel que tengo, tenemos que observar al milímetro nuestro organismo. La prevención de muchas enfermedades de la piel va a depender del tipo de cuidados que le proporciones. Y sobre todo seguir las pautas y consejos para hidratar la piel que nos indiquen en cada caso y según el tipo de piel que tenemos.
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